Y lo creí.
Como creo en todo lo que me dicen con más ingenuidad de la que es recomendable.
Para cuando me puse a vivir donde los humanos vivimos, que es en la arena del circo y la plaza del mercado, resultó que las etiquetas con sus colores se mezclaron.
Lo que viene a querer decir que todo lo que existe (y hago y hacen y hacemos) está hecho de mil razones y no todas "puras", vendibles y dispuestas para la exhibición sino de una bella mezcla de todas ellas y algunas más.
Por lo tanto he comprendido la preciosa diferencia (y temible abismo) que hay entre describir y vivir (aunque no tengo más remedio que reconocer que cuando nombro algo que estoy viviendo, sucede una cosa mágica que todos conocemos)