sábado, 17 de enero de 2015

Antes

Mi compañero de toda la vida dice que somos mayores, pero no mayores de mayores sino de viejos. Y antes de creerle del todo me pregunto (según la costumbre que tiene mi tribu de ponerlo todo en duda antes de aceptarlo como verdad verdadera) si será verdad o solamente una verdad a medias que exige reparaciones y matices. Y me respondo que no si no fuera porque..........

ANTES

Leía en cualquier momento, lugar y circunstancia.

Coloreaba dibujos.

Andaba, corría, nadaba, chapoteaba charcos, hacía saltar la plata.

Aprovechaba el tiempo en que la casa se vaciaba de unos y de otros y ponía música alta y en alto para bailar con los brazos arriba, peinando el viento, saltando olas, chillando a gritos con las gaviotas porque todo sucedía en el tiempo de un latido y por eso era eterno y por eso era infinito.

Salía con el simple y barato propósito de ver y mirar y contemplar y admirar y obtener a cambio de nada más que una mirada, escaparates y tiendas y flujo y ventas y gente y aire y almas.

Tertulieaba, con todo el que sin querer me encontraba, tiempo y más tiempo, sin cuidado, porque por aquel tiempo el tiempo era gratis y abundaba.

Me acercaba cada mañana al café de siempre, elegía una mesa y abría el cuaderno para escribir cosas que nunca se publicarían, ni iba a hacer falta. Y si después de un rato, si no se me ocurría nada, abriría a un periódico, debatiría con sus palabras con la única finalidad de ponerme de acuerdo conmigo misma y terminar ordenada.

Cada siete días cambiaba sábanas.

Cada quince ponía en agua flores de temporada.

Cada mes, sangraba y me refrescaba.

Cada año auguraba el año y lo celebraba.


Sigo diciendo que Ricardo Siri Liniers es uno de los grandes, búscalo en fb
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