martes, 29 de septiembre de 2015

Ridiculum vitae



Un Ridículum Vítae es el detalle pormenorizado de mis fracasos existenciales y profesionales.
Lo que sigue no es de mi propia cosecha aunque lo suscribo de la cruz al punto y me ha dado la feliz idea de escribir mi propio ridiculum vitae y hacerlo en voz más o menos alta porque me cansa y aburre, infinito, escuchar (o comunicar yo misma) tantos éxitos sin fracasos que también son míos, muy míos. Y los tengo cariño porque con ellos he descubierto que hay que tener mucho de lo que hay que tener para sentirse bien dentro de la propia piel después de fracasar con tanto estrépito como sé hacerlo incluso aunque me proponga lo contrario

De momento os dejo los Consejos para redactar un buen RV
Estructura tu RV por importancia de los fracasos.  Un buen RV incluiría un detalle sincero de los principales errores  o fracasos profesionales. Busca tu fracaso más sonoro, ponlo en lo alto de la lista. Después en orden decreciente.
Has de provocar el máximo impacto en el reclutador. Tu objetivo es que en dos o tres líneas hayas provocado el pasmo y estés despedido sin ni siquiera haber sido entrevistado. Así, a bote pronto, recuerdo un trabajo en el que duré poco tiempo: a la hora renuncié sin despedirme y salí por la puerta buscando praderas profesionales más verdes. Supongo que elegí mal el trabajo o no fui persistente. También podría traer a colación varios proyectos que fueron sonoros fracasos en los que quizá pequé de ambición o bisoñez.
 Adicionalmente, podría  relatar la vez en que dos guardias de seguridad tuvieron que acompañarme a la salida de mi ex – empresa cuando acababa de ser despedido por no cumplir ciertas reglas. No necesitan ser fracasos muy grandes o que produjeran mucho daño; es más importante que sean ilustrativos de tu actitud y  orientación vital.
Alternativamente, puedes diseñar un RV cronológico  en el que detalles tus fallos y fracasos desde la primera vez que entraste en una organización formal hasta la actualidad; podrías empezar con la escuela de pre-escolar, por ejemplo. Uno de mis errores: una vez robé un paquete de chocolatinas a otro niño; lo guardé debajo de la camisa pero la profesora no nos dejó salir del aula hasta que se descubriera al autor del robo o en su defecto se encontraran las chocolatinas. Llegada la hora de salir las madres esperaban fuera y los niños eramos registrados uno por uno. Al final fui descubierto y se devolvió el paquete de chocolatinas a su legítimo dueño. Este hecho en apariencia insignificante, o alguno parecido, puede mostrar algo de tu carácter y de cómo se fue forjando desde la más tierna infancia.
Personaliza tu Ridículum. Los fracasos, errores, fallos, etc. dicen más de ti que tus éxitos, que tenderán a ser convencionales, previsibles y del montón: seguramente que haya muchos como tú con mejores credenciales académicas, con más proyectos exitosos o resultados en su haber, con más idiomas que tú, con mejores cualidades personales, con más orientación a resultados. Pero seguramente pocos puedan igualar la particularidad de tus fracasos. Explota tus fracasos, sé conciso, ve al grano, no los expliques en demasía como buscando causas ajenas, asume la autoría de ellos  con gallardía.
No dudes en incluir los fracasos existenciales o errores personales más rotundos. El trabajo y el ocio están relacionados, son vasos comunicantes, el aspecto profesional contamina el aspecto personal y viceversa. Saca partido a  tus derrotas.
Prueba siempre que puedas tus episodios más bochornosos. Aporta documentos de las cartas de despido procedente, si las hubiera. Proporciona el vínculo a tu página de facebook y asegúrate de incluir las fotografías del último fin de semana en ese bar de copas; evita la tentación de retirar las fotos más comprometidas.  Aporta referencias de gente que conozca el detalle de tus fracasos o que pueda hablar  de ti. Ya sabes, que hablen de uno, aunque sea bien.
Si tienes un blog ombliguista, donde te desahogas emocionalmente, proporciona también el enlace. Tu futuro empleador (¿?) tiene derecho a conocer el tipo de fracturas emocionales que escondes y que a primera vista no se detectarían en una entrevista de trabajo.
En el RV es muy importante detallar las lecciones aprendidas de todos esos ridículos vitales anteriores. Los fracasos son cicatrices que hay que llevar con un cierto orgullo. Toda cicatriz tiene una historia que contar y que forma parte de tu biografía. En el RV esbozas la cicatriz pero sin extenderte demasiado: en la entrevista (que dudo que llege a celebrarse) tendrás posibilidad de ampliarla y explicarla.
Preguntas que te puedes hacer para extraer lecciones de los ridículos: ¿qué me enseño ese golpe?, ¿qué dice esa cicatriz de mí,?, ¿cómo conseguiré cicatrices distintas en el futuro?, ¿cuál es el hilo conductor de mis cicatrices?, ¿cómo he ido aprendiendo a fracasar mejor?, ¿cómo me levanto con más gracia? Analiza bien tus experiencias (perdón, fracasos) y obtén toda la información que puedas. Esto te servirá para tu aprendizaje tanto como para publicitar el tipo de persona que eres.
Mantén actualizado tu Ridículum Vítae. Si vas en el buen camino, no dejarás de escribir nuevas líneas periódicamente. Un empleador necesita saber qué clase de derrotas has sufrido últimamente. El
mayor peligro es que dejes de cometer errores y te duermas en los laureles. Si hay lapsos o lagunas temporales en tu RV en las que no has sufrido contrariedades, frustraciones o fracasos, tu futuro empleador querrá saber por qué. No se lo pongas fácil, intenta excavar en tu memoria y explorar fracasos en esos tiempos sin aparentes equivocaciones: seguramente existen, pero los has olvidado. El error de los errores es cometer una equivocación y volverte conservador por ello: vuelve a fracasar. Rápido. Ya. ¿Qué haces que no estás fracasando ahora?
Todo éxito incluye muchos errores.  Aprovecha tus pretendidos éxitos para encontrar nuevos ridículos. Seguro que los encuentras. ¿Por qué pudo haber sido mejor y no lo fue? ¿Por qué ese trabajo del que me sentía tan orgulloso no fue espectacular? ¿Por qué mi último proyecto no dejó una muesca en el universo?
Como puedes haber deducido, se necesita estar hecho de una pasta especial para ser capaz de enviar tu RV a un empleador y ser sincero y objetivo sobre tus experiencias profesionales o vitales. Pero un primer paso es que crees ese RV para consumo personal, que  escribas un nuevo relato objetivo distinto a la historia oficial, y que te des cuenta de que esos fracasos son los que te vuelven interesante y dan color a tu vida. Con el tiempo aprenderás a fracasar con eficacia y levantarte con gracia.
Si a pesar de las bondades del RV, estás todavía reacio a enviarlo y  tienes miedo a no ser contratado, no te preocupes demasiado: siempre es posible que hagas el ridículo por ti mismo; en solitario o en compañía de otros tan ridículos como tú. -
Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.
—Samuel Becket.
Que no me acuerdo de dónde encontré la mitad importante de esta entrada pero que es fácil que sea de homominimus. Agradezco y recomiendo
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