viernes, 18 de diciembre de 2009

Los dojos se vacían

Y no solamente el nuestro, lo nuestro.

Demasiadas veces es como cultivar flores en el desierto.

Hoy no voy porque hace frío y mañana porque tengo una cena de empresa y después porque ya fui el día anterior y tampoco voy a empalagarme y otro día más porque ¿para qué? si no obtengo nada. Al dia siguiente es que tengo que estudiar o que me he apuntado a (reflexología, canalización, método silva de control mental...) que me aporta tantos beneficios.

El zen es una práctica colectiva que no es para uno mismo (solamente) sino para todos, uno mismo incluido. Que no es para nada sino porque sí. Vaya, no lo sé explicar...! Pero sí sé que si en el mundo, de pronto, dejaran de existir los monasterios donde se reza, los dojos donde se convoca la Realidad, las sinagogas donde se estudia la Ley... si de pronto ya no hubiera humanos que pronunciaran las Grandes Palabras intentando desesperadamente encarnarlas (hacerlas carne en sus propias carnes y con su propia sangre), si olvidáramos que somos más de lo que parecemos ser y que, además de lo ruin y miserable, lo sublime también nos constituye y habita... no habría esperanza y podríamos ya, sin límites, destrozarnos los unos a los otros y todo lo que hay, incluso la Gran Tierra.

Y, somos bastante más que habitantes del inframundo olfateando sangre para alimentarnos.

Así que zazen para volver a Casa pero también para mantener la dignidad de ser humanos que aman y que hacen del mundo lo que fue en el origen: el Paraíso.
 

Hay que volver al dojo, o a dónde sea, para que no ganen las fuerzas que nos hacen subhumanos, las fuerzas que nos arrebatan la libertad y la felicidad que nos pertenece por derecho de nacimiento.

1 comentario :

  1. ¿Y qué seria de nosotros sin las utopias?

    Por favor, ¡no dejar nunca de sembrar flores en el desierto!

    Un fuerte abrazo.

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