La "cosa" del tiempo de la Navidad es ésta.
Reconciliemos el alma y el cuerpo,
contemplemos en reposo la llegada del Espíritu celeste.
No tiene un estilo zen y no estoy segura de si es cristiano o pagano. Al final da lo mismo porque Lo que Es lo es igual para unos que para otros y en todos los tiempos.
Dicen que es durante el solsticio de invierno cuando La Puerta se abre y el Espíritu lo tiene más fácil para encarnar en humano.
Pienso yo que lo que nos querían decir los antiguos es que éste es el tiempo más propicio y favorable para que anide Lo que necesita de quietud y silencio para hacerse cierto y traducirse momento a momento todos los días en todo cuanto hacemos.
Sea como sea: que si puedo aliviar, que alivie; que si puedo animar, lo haga; que si puedo dejarme catapultar por el Espíritu al infinito, rechace la tentadora oferta y me quede aquí para llevarme conmigo el universo entero. Más que nada porque así lo prometo zazen a zazen y me sienta mal saltarme una palabra de honor dada libremente.
Inspirado en Arte Sacro
Al final somos los humanos los que creamos los momentos, cada uno los define de una manera según el viento que le sople.
ResponderEliminarCuídate Ane, y gracias por esa visita enriquecedora.
Lo cierto y verdad es: ¡qué buen fin de semana! ¡qué ricas comidas! ¡qué buena conversación! pero qué bien acogéis!
ResponderEliminarSalud y III ^^